ANATOMÍA DEL SISTEMA URINARIO
El sistema urinario es el conjunto de órganos que participan
en la formación y evacuación de la orina. Está constituido por dos
riñones, órganos densos productores de la orina, de los que surgen sendas
pelvis renales como un ancho conducto excretor que al estrecharse se
denomina uréter, a través de ambos uréteres la orina alcanza la vejiga
urinaria donde se acumula, finalmente a través de un único conducto, la
uretra, la orina se dirige hacia el meato urinario y el exterior del
cuerpo.
RIÑONES
El riñón derecho se relaciona con la vena cava inferior, la
segunda porción del duodeno, el hígado y el ángulo hepático del colon, con los
dos últimos a través del peritoneo. El riñón izquierdo se relaciona con la
arteria aorta abdominal, el estómago, el páncreas, el ángulo esplénico del
colon y el bazo. El polo superior de cada riñón está cubierto por la glándula
suprarrenal correspondiente, que queda inmersa en la cápsula adiposa.
La inervación de ambos riñones corre a cargo de
los nervios renales que se originan en el ganglio celíaco, estructura nerviosa
del sistema nervioso autónomo simpático situada sobre la arteria aorta
abdominal, a ambos lados del tronco arterial celíaco, justo por debajo del
diafragma. Los nervios renales forman el plexo renal que penetra en los riñones
acompañando a las arterias renales, la mayoría son vasomotores (inervan vasos
sanguíneos), de manera que regulan el flujo sanguíneo renal.
La irrigación de los riñones es muy abundante en
relación a su peso y se debe a la función de depuración sanguínea que éstos
realizan; las arterias renales derecha e izquierda son ramas de la arteria
aorta abdominal, de la cual se originan a nivel de la primera vértebra lumbar,
al penetrar por el hilio renal forman parte del pedículo renal (ver hilio
renal). Ambas arterias aseguran un aporte de sangre de unos 1200 ml por minuto,
en reposo, volumen que representa entre un 20 y 25 % del gasto cardíaco en
reposo. El retorno venoso de los riñones se produce a través de las venas
renales derecha e izquierda que drenan a la vena cava inferior.
En un corte frontal del riñón observamos dos elementos bien
diferenciados: una cavidad llamada seno renal, cuyo orificio es el hilio renal
y el tejido llamado parénquima renal, que a su vez presenta dos zonas de
distinto aspecto y coloración: la corteza renal lisa y rojiza, en la periferia
y la médula renal de color marrón, situada entre la corteza y el seno renal.
El seno renal es la cavidad del riñón que se forma
a continuación del hilio renal, contiene las arterias y venas renales
segmentarias e interlobulares, los ramos nerviosos principales del plexo renal
y las vías urinarias intrarrenales (ver vías urinarias): los cálices renales
menores y mayores y la pelvis renal, todos ellos rodeados de tejido graso que
contribuye a inmovilizar dichas estructuras.
El parénquima renal es la parte del riñón que
asegura sus funciones, está constituido por las nefronas, cada una con una
porción en la corteza y otra en la medula renal. La corteza renal es
la zona del parénquima situada inmediatamente por debajo de la cápsula fibrosa,
tiene un aspecto liso, rojizo y un espesor aproximado de 1cm, se prolonga entre
las pirámides formando las columnas de Bertin. En la corteza y las columnas se
disponen los corpúsculos renales y los conductos contorneados de las nefronas,
además de los vasos sanguíneos más finos. La médula renal es de color
marrón y textura estriada, consta de 8 a 18 estructuras cónicas, las llamadas
pirámides renales o de Malpighi, cuyos vértices, dirigidos hacia el seno renal,
se denominan papilas.
VÍAS URINARIAS INTRARRENALES
Son el conjunto de canales excretores que conducen la orina
definitiva desde su salida del parénquima renal hasta el exterior del riñón:
los cálices menores y mayores, la pelvis renal.
Los cálices menores son unas estructuras visibles
macroscópicamente, en forma de copa, situados en el seno renal. Recogen la
orina procedente de los conductos papilares que desembocan en la papila renal
(vértice agujereado de cada pirámide medular). En cada riñón hay tantos cálices
menores como pirámides, es decir entre 8 y 18 aprox.
Los cálices mayores, en número de 2 a 3 por riñón,
conducen la orina de los cálices menores a la pelvis renal.
La pelvis renal se forma por la reunión de los
cálices mayores, es un reservorio con capacidad para 4-8 centímetros cúbicos de
orina, tiene actividad contráctil que contribuye al avance de la orina hacia el
exterior. La pelvis renal tiene una porción intrarrenal, situada en el seno
renal y una porción extrarrenal, a partir del hilio, que se hace
progresivamente más estrecha hasta continuarse con el uréter.
Son los uréteres, la vejiga urinaria, la uretra:
La pelvis renal de cada riñón se continua con el uréter correspondiente éstos
son dos finos conductos músculomembranosos (entre 4 y 7 mm de diámetro),
retroperitoneales, que terminan en la base de la vejiga urinaria, dibujando un
trayecto de entre 25 a 30 cm, con una porción abdominal y una pelviana.
La pared de los uréteres consta de tres capas: la mucosa,
que recubre la luz del tubo, la muscular intermedia, compuesta por células
musculares lisas con actividad contráctil y la serosa externa constituida a
base de fibras conjuntivas.
La vejiga urinaria es un órgano muscular hueco situado en la
cavidad pélvica, es un reservorio de orina con capacidad máxima fisiológica de
hasta 800 ml, aunque en determinadas patologías puede exceder bastante este
volumen. Cuando está vacía, la vejiga adopta una forma triangular de base ancha
situada hacia atrás y hacia abajo, el fundus, el cuerpo vesical se
estrecha hacia delante coincidiendo en su borde anterior con el borde superior
de la sínfisis púbica. La cara superior (sobre la cual se apoya el útero en la
mujer) es ligeramente cóncava, a no ser que contenga un gran volumen de orina
(700cl aprox.), en cuyo caso, la cara superior forma una cúpula que sobrepasa
la sínfisis púbica.
En el fundus vesical hay tres orificios, los dos ureterales,
separados por unos 4-5 cm y el orificio uretral, punto de partida de la uretra,
los tres delimitan un espacio triangular denominado trígono vesical.
La capa muscular de la pared vesical está constituida por
una potente red de fibras musculares lisas, músculo detrusor, que permiten
una contracción uniforme de este órgano. La capa muscular está revestida
interiormente por la mucosa y submucosa.
El orificio uretral y el inicio de la uretra están rodeados
por dos esfínteres: uno de control involuntario formado por haces del músculo
pubovesical y otro de control voluntario formado por fibras del músculo
transverso profundo del periné que forma parte del diafragma urogenital.
La uretra femenina es un conducto de unos 3-4 cm. de
longitud destinado exclusivamente a conducir la orina. Nace en la cara inferior
de la vejiga, desciende describiendo un trayecto ligeramente cóncavo hacia
delante, entre la sínfisis púbica por delante y la pared vaginal por detrás,
desemboca en el meato uretral externo de la vulva, entre el clítoris
por delante y el orificio vaginal por detrás. Poco antes del meato, la uretra
atraviesa el músculo transverso profundo del periné que constituye su
esfínter externo, de control voluntario.
La uretra masculina tiene una longitud de entre 20-25 cm
repartidos en varios segmentos:
Uretra prostática, segmento de unos 3-4 cm de longitud y 1cm
de diámetro que atraviesa la próstata.
Uretra membranosa de 1cm aprox. de longitud, que
atraviesa el músculo transverso profundo del periné, el esfínter voluntario del
conducto.
Uretra esponjosa, que se dispone a todo lo largo del cuerpo
esponjoso del pene, hasta el meato uretral.
Para una mejor comprensión del tema, puede revisar el
siguiente video y presentación de Slideshare:
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